miércoles, 7 de junio de 2017

"Para manejarte a ti mismo, usa la cabeza....
para manejar a otros, usa tu corazón..."
                             Eleanor Roosevelt

Un hermoso pensamiento que inspira y provoca, me hace meditar en lo profundo del compromiso qué, como madre y educadora llevo conmigo; necesito tanto usar la cabeza para poder manejar de manera apropiada mis emociones, porque a veces me desbordan y me llevan a actuar de manera impulsiva, y luego cuando me tranquilizo, me doy cuenta que al dejarme llevar por mis impulsos muchas veces, consigo ser oída pero no tomada en cuenta, en fin, me pregunto ¿cómo serían las cosas si las planteara de manera más tranquila y objetiva? ¿mejorarían? o posiblemente tendría los mismos resultados...
Pero lo que sí es cierto es que ayer, hoy y siempre lo que me mueve a reaccionar de esta manera, es mi inconformidad ante situaciones que limitan la expresión, la realización, la participación de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes y también de los adultos....
Pero, bueno es qué acaso no todos deberíamos tener esos derechos fundamentales? ¿por qué sigue siendo privilegio, solo para algunos, que se creen que tienen el derecho de manejar a su antojo a los demás? Urge de manera ultra importante que los adultos  hagamos un alto y examinemos la manera en que estamos formando a nuestros niños, les estamos preparando para que sean capaces de manifestar sus ideas, defenderlas  y de escuchar también las de los demás?
Es necesario, pero sobre todo justo que usemos el corazón para poder llegar al de ellos sin imponer sino proponer con mucho amor... hasta siempre...

domingo, 30 de agosto de 2015

Una tacita de chocolate

El aroma de una deliciosa tacita de chocolate nos invita a meditar, y con cada sorbo nuestro interior se siente dispuesto a escuchar, a escuchar con el corazón, lo que nos dice el murmullo de las voces  ya sea de nuestro interior o de quien nos acompañe, un ser amado, un amigo del alma o un alguien que quiere compartir con nosotros.... pero también

podemos escuchar a nuestro yo interior que nos invita a reflexionar sobre un tema que nos anda rondando el pensamiento... aunque también podemos escuchar lo que dice alguien  que a nuestro alrededor también disfrutan de su bebida predilecta, es un placer disfrutar ya sea solo o en compañía nuestra deliciosa tacita de chocolate.